The Hill
Frente al camino me encuentro con inocente curiosidad.
Toda mi vida me he preparado para este momento, siento el viento en mi cara.
Tengo muchos alimentos en mi maleta, estoy listo.
En mi memoria aparecen sombras que susurran, tengo miedo.
Ellos siempre estuvieron presentes creando cada surco de mi ser.
El hambre de conocimiento no vino solo, fue heredado.
La influencia de las raíces ahora está comenzando a deteriorarse.
Necesito lanzar las semillas al aire, los frutos ya llegarán luego.
Encuentro las figuras de cal y sal desquebrajadas.
Es la primera vez que noto su esencia divina junto a mi.
Ellas me acompañarán todo el camino dejándome caer si es necesario.
Comienzo el camino hacia la colina.
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No es la primera vez que el viento me lastima.
La noche cae rápidamente y no alcanzo a ver mis pies.
Mis actos nos son suficientes y en el frio me rodea sin tregua.
¿En qué momento perdí el sendero y terminé arrodillado?
Imágenes vienen a mi mente, recuerdos del pasado, sonrisas, movimiento.
En el suelo es difícil reconocerse, mi cuerpo se entiende con la tierra.
Mis piernas y brazos me duelen, solo alcanzo a escuchar pasos alrededor.
El llanto de un bebe me despierta, no lo conozco, pero entiendo su dolor.
Ciego comienzo a cavar, siento que mi cuerpo se desprende, me duele.
Miro el cielo, ahora estás más lejos que nunca, debo dejarte ir, no entiendo nada.
Siento el silencio, estoy muy asustado.
En el fondo veo una estrella, eres hermosa.
Amanecí en tu cuerpo. La tierra está mojada, la niebla no me deja ver.
Levanto mi cuerpo desnudo, aún puedo ver la última luz en el firmamento.
Mis manos alcanzan las hojas, los pétalos. Saben extraño, todo sabe a nuevo.
Esa imagen de ti ya no está, ahora soy yo a quién ves en el reflejo del lente.
Aún me duele, pero es momento de avanzar.
Te veo a lo lejos, te siento en todo. Sigue hablando.
Logras identificar el sonido del fondo? Yo solo veo en mis canas.
Quisiera ser una nube y solo flotar.
Me emociona volverte a ver.
